Los peinados pueden hablar mucho sobre las características de una persona. Me refiero a tu forma diaria de peinarte, no cuando alguien más te peina. En fin, la verdad es que ciertos peinados pueden llegar a dañar folículos pilosos.
Una revisión de 19 estudios de la Johns Hopkins ha encontrado que muchos peinados pueden llevar a una condición conocida como alopecia por tracción. Hemos hablado sobre este tema en otro artículo [Alopecia por tracción, te puede dejar calva].
La alopecia por tracción es la pérdida gradual del cabello por el daño al folículo debido a la tensión prolongada o repetida en las raíces. Esto puede afectar a cualquier persona.
Los investigadores clasificaron los peinados y técnicas de peinado comunes en tres niveles: bajo, moderado y alto riesgo, basándose en el grado en que exponen a los folículos a factores como la tensión, el peso, el calor y los químicos.
Los más dañinos son los peinados con mucha tensión o que tiran en una dirección, como las colas de caballo apretadas, las trenzas, los bollos, así como las rastas, los tejidos y las extensiones, especialmente cuando están adheridos al cabello químicamente alisado.
El alisamiento también puede llevar a la rotura. Las extensiones también pueden causar daño cuando se pegan directamente en el cuero cabelludo y luego se retiran. Es seguramente por eso que puedes observar una gran cantidad de pelo una vez que te deshaces de las extensiones de pelo.
Asimismo, los peinados apretados y el peso añadido para hacerle mejoras en el cabello para cambiar de look pueden llevar a la rotura y, finalmente, a la pérdida.
El riesgo moderado proviene de las herramientas de calor. Por ejemplo, el alisado excesivo con planchas y secadores de pelo, que debilita el tallo del cabello y aumenta la probabilidad de pérdida de cabello debido a un peinado adicional. También son preocupantes los productos químicos utilizados en las ondas permanentes y las pelucas que se fijan con clips y adhesivos.
Los peinados de bajo riesgo son aquellos peinados sueltos, cuyo estilo es colgar naturalmente, sin tirar del cabello.
Para minimizar el daño, no deje en trenzas por más de dos o tres meses. Retire los tejidos y las extensiones después de seis a ocho semanas para que los folículos puedan recuperarse del estrés. Y evite usar estos todos los días; cambie sus peinados regularmente.
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